Por Ana Maria GT
Sept. 23, 2011
Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido.
Romanos 1:21
Dios se hace evidente por medio de su creación, su eterno poder y divinidad. Nos ha dejado una conciencia para que podamos distinguir lo que esta bien y esta mal, y nos ha dejado su Palabra escrita para que no tengamos la menor duda de que El existe, es real y Su Palabra es Verdad. Así es que no tenemos excusa para ignorar lo que con claridad, El nos dice para bendición o maldición. Hay una consecuencia muy grave al decidir no tomar a Dios en cuenta.
Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen;
estando llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia; colmados de envidia, homicidios, pleitos, engaños y malignidad; son chismosos,
detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres,
sin entendimiento, indignos de confianza, sin amor, despiadados;
los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican. Romanos 1:28-32
Dios no solamente se refiere a los que practican tales cosas de maldad y engaño, sino a los que dan su aprobación a los que las hacen, convirtiéndose en cómplices. Para Dios, no solamente es digno de muerte (espiritual) el que practica el pecado, sino también el que lo conciente. No hay excusa.
Si creemos en Cristo, no nos podemos hacer de la vista gorda cuando vemos que nuestro familiar, amigo o compañero de trabajo esta viviendo en pecado, destruyendo su alma, y atrayendo maldición a su familia.
18Cuando yo diga al impío: «Ciertamente morirás», si no le adviertes, si no hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, ese impío morirá por su iniquidad, pero yo demandaré su sangre de tu mano. Ezequiel 3:18
Dios le avisa el impío que morirá cuando decide andar en pecado. Pero si nosotros los creyentes, no les advertimos de su mal camino, morirán (espiritualmente) en su pecado, porque la paga del pecado es muerte. Y no solo eso, sino que Dios nos reclamará a nosotros por no haberles advertido.
19Pero si tú has advertido al impío, y éste no se aparta de su impiedad ni de su camino impío, morirá él por su iniquidad, pero tú habrás librado tu vida. Ezequiel 3:19
Es nuestra responsabilidad como embajadores de Cristo advertir; pero si el pecador, aún sabiendo lo que Dios dice, decide seguir en su mal camino, morirá, pero nosotros ya no seremos responsables. Dios pondrá en nuestro corazón a quienes, y en que momento, les debemos hablar. Oremos antes, para que Dios prepare el corazón de las personas antes de que demos el mensaje.
Y cuando un justo se desvíe de su justicia y cometa iniquidad, yo pondré un obstáculo delante de él, y morirá; porque tú no le advertiste, él morirá por su pecado, y las obras de justicia que había hecho no serán recordadas, pero yo demandaré su sangre de tu mano. Sin embargo, si tú has advertido al justo para que el justo no peque, y él no peca, ciertamente vivirá porque aceptó la advertencia, y tú habrás librado tu vida.
Esequiel 3:20-21
Dios nos salvó por gracia para que andemos en las obras que el de antemano preparó, El nos llamó con un propósito. Estemos sensibles a escuchar su voz y obedecerlo, el nos prepara y nos ayuda en todo momento. El está con nosotros y jamás nos dejará solos. Dios ha prometido que el Espiritu Santo nos dirá que hablar en cada momento, porque nos recordará todo lo que Jesus ya nos ha enseñado. Oremos sin cesar. Seamos fuertes y valientes, el Señor está con nosotros.
Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascaradlas; porque es vergonzoso aun hablar de las cosas que ellos hacen en secreto. Efesios 5:11-12
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