Cristo te ama

¿Necesitas un médico?

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Mateo 15:30


¿Me permites presentarte al mejor?

Y vinieron a El grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y El los sanó;
Mateo 15:30
 
 
Aquí te dejo algunos testimonios poderosos.
Sana a una mujer:
43 Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía y no podía ser curada por nadie, 44 se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su manto, y al instante cesó el flujo de su sangre.
45 Y Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Mientras todos lo negaban, Pedro dijo, y los que con él estaban: Maestro, las multitudes te aprietan y te oprimen. 46 Pero Jesús dijo: Alguien me tocó, porque me di cuenta que de mí había salido poder. 47 Al ver la mujer que ella no había pasado inadvertida, se acercó temblando, y cayendo delante de El, declaró en presencia de todo el pueblo la razón por la cual le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. 48 Y El le dijo: Hija, tu fe te ha sanado; vete en paz.
Lucas 8:43-48

Sana a un ciego:
35 Y aconteció que al acercarse a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando. 36 Al oír que pasaba una multitud, preguntaba qué era aquello. 37 Y le informaron que pasaba Jesús de Nazaret. 38 Entonces gritó, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 39 Y los que iban delante lo reprendían para que se callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
40 Jesús se detuvo y ordenó que se lo trajeran; y cuando estuvo cerca, le preguntó: 41 ¿Qué deseas que haga por ti? Y él dijo: Señor, que recobre la vista. 42 Jesús entonces le dijo: Recibe la vista, tu fe te ha sanado. 43 Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios; cuando toda la gente vio aquello, dieron gloria a Dios.
Lucas 18:35-43


También sana a larga distancia.

2 Y el siervo de cierto centurión, a quien éste apreciaba mucho, estaba enfermo y a punto de morir. 3 Al oír hablar de Jesús, el centurión envió a El unos ancianos de los judíos, pidiéndole que viniera y salvara a su siervo.
4 Cuando ellos llegaron a Jesús, le rogaron con insistencia, diciendo: El centurión es digno de que le concedas esto; 5 porque él ama a nuestro pueblo y fue él quien nos edificó la sinagoga.
6 Jesús iba con ellos, pero cuando ya no estaba lejos de la casa, el centurión envió a unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes más, porque no soy digno de que entres bajo mi techo; 7 por eso ni siquiera me consideré digno de ir a ti, tan sólo di la palabra y mi siervo será sanado. 8 Pues yo también soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: “Ve”, y va; y a otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.
9 Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la multitud que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado una fe tan grande. 10 Y cuando los que habían sido enviados regresaron a la casa, encontraron sano al siervo.
Lucas 7:1-10


Y puede sanar a muchos al mismo tiempo.

11 Y aconteció que mientras iba camino a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea, 12 y al entrar en cierta aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia, 13 y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros!
14 Cuando El los vio, les dijo: Id y mostraos a los sacerdotes. Y sucedió que mientras iban, quedaron limpios. 15 Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, se volvió glorificando a Dios en alta voz. 16 Y cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, dándole gracias; y éste era samaritano.
17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No fueron diez los que quedaron limpios? Y los otros nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? 19 Y le dijo: Levántate y vete; tu fe te ha sanado.
Lucas 17:11-17


También sana por la fe de otros.

2 Habiendo entrado de nuevo en Capernaúm varios días después, se oyó que estaba en casa. 2 Y se reunieron muchos, tanto que ya no había lugar ni aun a la puerta; y El les exponía la palabra. 3 Entonces vinieron* a traerle un paralítico llevado entre cuatro. 4 Y como no pudieron acercarse a El a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde El estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico.
5 Viendo Jesús la fe de ellos, dijo* al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. 6 Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones: 7 ¿Por qué habla éste así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
8 Y al instante Jesús, conociendo en su espíritu que pensaban de esa manera dentro de sí mismos, les dijo*: ¿Por qué pensáis estas cosas en vuestros corazones?
9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”? 10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo* al paralítico):
11 A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 12 Y él se levantó, y tomando al instante la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos estaban asombrados, y glorificaban a Dios, diciendo: Jamás hemos visto cosa semejante.
Marcos 2:1-12

Es especialista en sanar a los quebrantados de corazón y sanar sus heridas.
Él es el mismo siempre, así es que todas las sanidades que hizo antes, las sigue haciendo hoy en día a los que van con Él.
8 Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.
Hebreos 13:8

Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Mateo 4:23
¿Te gustaría conocerlo?
Se llama Jesucristo. Él es el Médico de médicos, y su diagnóstico es:
«Eres sano, por mis llagas tú has sido sanado.»   
24 y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.
1 Pedro 2:24

Por su sangre derramada (vino): somos perdonados (nuestra alma).
Por sus heridas en su cuerpo (pan): somos sanados (nuestro cuerpo).
Además, no solamente no te cobra, sino que paga toda tu deuda.
Al mismo tiempo que te sana, te perdona de todos tus pecados, porque Él pagó en la cruz por tu pecado y por tu dolor.
¿Lo crees? Búscalo con todo tu corazón, saca una cita con Él, siempre está disponible. Es más, le dije que le llamarías… Él espera tu llamada.
Dios, en nombre de Jesús, te bendiga abundantemente!
– Ani Garza T
PD. También sanó a mi papá del corazón después de un infarto, poniéndole un corazón como si fuera nuevo. Y a mi, me sanó de las migrañas que padecí por muchos años.
Yo doy fe y testimonio de que Jesús es el Mejor Médico, ahora es mi Médico de cabecera y siempre lo será. Y lo amo!!

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