Cristo te ama

Job

Estudio 3.  JOB.

BASE BÍBLICA:
Job 1:5
5 “Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre”.

INTRODUCCIÓN:
Job (en hebreo Yôb; Iyyôb , que significa “¿dónde está mi Padre?” o “perseguido” [aborrecido])  vivió en la tierra de Uz, conocida como Arabia. Hijo de Isacar (Génesis 46:13), que según esto fue a su vez un hijo de Lea (Génesis 30:18).

Al parecer vivió en la época cuando José, hijo de Jacob (Israel), muere en Egipto. Moisés aún no sale a escena para ser el libertador de Israel de la cautividad y sacarlo a la tierra prometida. Fue por este tiempo que Job fue puesto a prueba por Dios usando a Satanás para revelarle más su persona y carácter (Job 1:8).

Satanás primero le quitó el ganado, después los servidores y, por último, a sus hijos (Job 1:13-19); aun así, Job nunca acusó a Dios de desatino o maldad por las aflicciones que padecía. Tampoco se apartó de Dios, aun cuando su propia esposa y sus amigos le presionaron para que lo hiciese, o atribuyeron su aflicción a sus pecados (Job 1:20-22; 2:9, 10.) Job fue un hombre justo y de gran prestigio
en la puerta de la ciudad, respetado por ancianos y príncipes (Job 29:5-11). Juzgaba con imparcialidad, hacía justicia en defensa de las viudas y era como un padre para el huérfano, el afligido y cualquiera que no tuviera quién le ayudara (Job 29:12-17). Se mantuvo limpio de inmoralidad, materialismo codicioso e idolatría, y era generoso con los pobres y necesitados (Job 31:9-28). Su nombre junto al de Noé y Daniel se nombra como los más justos que han vivido sobre la tierra (Ezequiel 14:13-14).

Aprendiendo del carácter de Job
I.- Su papel de padre ante Dios
“Os he escrito a vosotros, padres, porque conocéis al que ha sido desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al maligno” (1 Juan 2:14).

Un padre debe estar fundamentado en los principios y la verdad de Dios. Tiene una relación íntima y personal con Él ya que es el líder del hogar. Job conocía a Dios desde hacía mucho tiempo. Había generado una sincera devoción al Señor que se reflejaba en su manera justa de vivir. Lo que deseaba Job era que sus hijos igualmente fueran fuertes en la palabra y el consejo de Dios, resistiendo el mundo perverso y torcido (Filipenses 2:14-16) y al acérrimo enemigo de Dios (Santiago 4:7).

II.- Su paciencia en la pruebas
“Mirad que tenemos por bienaventurados a los que sufrieron. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el resultado del proceder del Señor, que el Señor es muy compasivo, y misericordioso”(Santiago 5:11).

La paciencia en la Biblia se define como la capacidad de soportar los tiempos de aflicción y prueba, y aun así seguir confiando en el Señor. Job fue perseverante en sus pruebas porque depositaba su fe en un Dios vivo y verdadero, un Dios que estaba al tanto de sus padecimientos y no ignoraba su dolor. Job decía que su Redentor vivía y lo vindicaría de su situación (Job 19:25).

III.- Su rol de sacerdote del hogar
“Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre” (Job 1:5).

Job era un gran intercesor en su hogar. Preocupado de la conducta de sus hijos(as), oraba por ellos ante el Señor. Estaba al tanto de las tentaciones y pecados que pudieran atravesar sus hijos, como la inmoralidad sexual y el libertinaje.

El final feliz de Job
Tragedia tras tragedia; Bendición tras bendición

Job 42:10-17: “Y el Señor restauró el bienestar de Job cuando éste oró por sus amigos; y el Señor aumentó al doble todo lo que Job había poseído. Entonces todos sus hermanos y todas sus hermanas y todos los que le habían conocido antes, vinieron a él y comieron pan con él en su casa; se condolieron de él y lo consolaron por todo el mal que el Señor había traído sobre él. Cada uno le dio una moneda de plata, y cada uno un anillo de oro. El Señor bendijo los últimos días de Job más que los primeros; y tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. Y tuvo siete hijos y tres hijas. Llamó a la primera Jemina, a la segunda Cesia y a la tercera Keren-hapuc. Y en toda la tierra no se encontraban mujeres tan hermosas como las hijas de Job; y su padre les dio herencia entre sus hermanos. Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta cuatro generaciones. Y murió Job, anciano y lleno de días.»

Podemos notar grandes aspectos en la vida de Job por su confianza en Dios:
1. Job era un hombre justo y piadoso.
2. Job intercedió por sus hijos.
3. Job intercedió por sus amigos.
4. Job fue prosperado en su salud.
5. Job fue prosperado en sus posesiones.
6. Job fue prosperado en su descendencia.
7. Job fue prosperado en años de vida.

PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN
1. Como padre/madre, ¿buscas al Señor para tener una intimidad mayor con Él y conocerle más?
2. Como padre/madre, ¿das ejemplo de fe a tus hijos, desechando la avaricia, idolatría e inmoralidad sexual?
3. ¿Te dolería ver a tus hijos en pecado? ¿Qué harías?
4. ¿Oras por tus hijos para que sean librados del mal en esta generación perversa y torcida?
5. ¿Fortaleces a tu cónyuge en las dificultades de la vida para que siga siendo fiel a Dios, o lo desanimas?
6. ¿Instruyes a tus hijos en la Palabra de Dios y deseas estén fuertes en ella? Además, ¿les enseñas las armas para combatir al enemigo?

CONCLUSIÓN
Nuestro papel de padres siempre estará ligado al concepto que de Dios tengamos en nuestra mente y corazón. Si amamos al Señor, buscaremos su guía y consejo para nuestro hogar. Además, estaremos firmes ante las aflicciones que vengan, ya que Dios ha prometido que estará con nosotros en medio de ellas. Tendremos una raíz fuerte en las tribulaciones y daremos fruto al ciento por uno en nuestra vida y familia (Mateo 13:20-23).

Un padre y una madre deben estar en sintonía en la fe que depositan en Dios. A pesar de que la esposa de Job (la persona más importante en su vida después de Dios) lo quiso hacer renunciar a su fidelidad al Señor por las pruebas que tenía, él no se desanimó y siguió adelante. Seamos aliados dando fortaleza en un solo frente como matrimonio y padres del hogar al pasar tribulaciones.

Por otro lado, debemos desarrollar un corazón compasivo y alerta a las tentaciones, luchas y conductas erróneas que nuestros hijos estén pasando. Compartirles nuestras propias batallas y experiencias de cómo el Señor nos ha dado la victoria con su poder y gracia les da aliento y fortaleza para avanzar en su andar de fe. “Hijos míos, que nadie os engañe; el que practica la justicia es justo, así como Él es justo” (1 Juan 3:7).

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