Cristo te ama

Filipenses 2.- Despojémonos de nosotros mismos

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR:
Porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito.
Filipenses 2:13

BASE BÍBLICA:
1 27 Solamente comportaos de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que ya sea que vaya a veros, o que permanezca ausente, pueda oír que vosotros estáis firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio;
28 de ninguna manera amedrentados por vuestros adversarios, lo cual es señal de perdición para ellos, pero de salvación para vosotros, y esto, de Dios.
29 Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no sólo creer en Él, sino también sufrir por Él,
30 sufriendo el mismo conflicto que visteis en mí, y que ahora oís que está en mí.

2 1 Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión,
2 haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito.
3 Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo,
4 no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.
5 Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.
8 Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre,
10 para que al nombre de Jesús SE DOBLE TODA RODILLA de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra,
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
12 Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;
13 porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito.

14 Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones,
15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo,
16 sosteniendo firmemente la palabra de vida, a fin de que yo tenga motivo para gloriarme en el día de Cristo, ya que no habré corrido en vano ni habré trabajado en vano.
17 Pero aunque yo sea derramado como libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me regocijo y comparto mi gozo con todos vosotros.
18 Y también vosotros, os ruego, regocijaos de la misma manera, y compartid vuestro gozo conmigo.

INTRODUCCION:
La palabra clave de esta carta escrita por Pablo es “gozo”. Pablo se refiere a ella en múltiples ocasiones. Otro aspecto que resalta, como lo habíamos establecido en el primer estudio, es la unidad, que el apóstol pretende que se preserve en la iglesia por encima de los intereses personales.

Filipenses, como el resto de las cartas escritas por Pablo, es un manual de cómo se debe vivir la vida en Cristo. La semana pasada veíamos que cuando se vive la vida en Cristo tiene que haber un crecimiento constante, se tiene que ir avanzando en nuestra relación personal con Jesús; las adversidades que se presentan se deben contemplar como oportunidades de bendición. Pablo preso se gozaba, ya que por sus prisiones más gente predicaba de Jesús; es necesario anteponer el interés de la obra de Cristo a nuestros intereses personales.

Sigamos viendo la vida en Cristo:

I. LA VIDA EN CRISTO DEMANDA UNA ESTRATEGIA DEFINIDA
vv. 27-28 Pablo empieza con una instrucción precisa y clara: “comportaos de una manera digna del evangelio”. Muchos de los creyentes estaban empezando a ser objeto de persecución por su fe y por proclamar el evangelio; ante esto, la exhortación del apóstol es a que haya congruencia entre lo que se va a hacer y lo que se cree.
La pregunta natural que puede surgir es ¿cómo debe de ser nuestro comportamiento, en medio de la persecución, que sea digno del evangelio? Aquí es donde vemos que Pablo sugiere una estrategia definida:
a) Cuando Pablo escribe que “vosotros estáis firmes en un mismo espíritu”, invita a los creyentes a “cerrar filas”, a adoptar una posición de defensa ante el inminente ataque del que estarán siendo objeto; juntos con firmeza y determinación podrán resistir.
b) “Luchando unánimes por la fe” nos da la idea de una posición de ofensiva: a mayor persecución, mayor proclamación; el creyente no puede cesar de cumplir la gran comisión.
c) “De ninguna manera amedrentados”: nada ni nadie nos debe distraer de nuestra realidad; somos “más que vencedores”, y aunque de momento el panorama se vea adverso, el creyente debe asumir una posición de victoria.

vv. 29-30 Vivir la vida con un compromiso firme con Cristo no es fácil; habremos de enfrentar oposición y resistencia. Jesús mismo padeció la cruz, Pablo estaba encarcelado, ¿los creyentes “normales” no habremos de sufrir por Cristo? La vida en Cristo tiene implícito sufrir por Él. El elemento que nos habrá de sostener y hará que no claudiquemos es “por amor de Cristo”. Debe ser tal nuestro amor hacia Él que estemos dispuestos a pasar por lo que sea manteniendo bien firme nuestra estrategia.

II. LA VIDA EN CRISTO DEMANDA PROCURAR LA UNIDAD
vv. 1-4 La unidad se tiene que reflejar en la forma de conducirnos en la congregación. La unidad debe ser una prioridad en la iglesia; Pablo lo reconoce y por ello lo menciona en repetidas ocasiones durante su carta. Es más, Pablo establece que “su gozo estará completo” cuando la unidad entre los filipenses sea completa y total.
La unidad a la que Pablo se refiere se tiene que manifestar en cuatro vertientes diferentes: en el sentir, que no haya diferencias o que estas no sean determinantes en el accionar de los creyentes; en el amor, la manifestación del amor de Dios al enviar a Jesús y, habiendo sido derramado en nuestros corazones ese amor, debe ser suficiente para sobrellevarnos los unos a los otros; en espíritu, si el Espíritu Santo que mora en mí es el mismo que mora en los demás creyentes, este es motivo suficiente para que nada se anteponga a la unidad; y en propósito, todos tenemos que caminar en la misma dirección, hacia el mismo objetivo.

Para garantizar que la unidad se preserve, cada uno de los creyentes tenemos que hacer un autoexamen de nuestras intenciones y motivaciones de cada cosa que hacemos. El egoísmo debe ser dejado de lado; la humildad debe ser un sello en todo creyente. El bien común debe de ser nuestra prioridad.

III. LA VIDA EN CRISTO DEMANDA IMITAR A JESÚS
vv. 5-11 “Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús”: el estándar está muy alto, el espejo en el que debemos tratar de reflejarnos es Jesús mismo. Tres aspectos en los cuales podemos tratar de imitar a Jesús: en desprendimiento, la Biblia enseña que Jesús se despojó a sí mismo, no se aferró a ser igual a Dios; sin duda, cada uno de nosotros tenemos cosas de las cuales necesitamos desprendernos, ya no sigamos cargando ese bagaje que nos estorba. En humildad, Jesús se humilló a sí mismo; necesitamos considerar a los demás como superiores a nosotros; los soberbios no serán enaltecidos. Y en obediencia, Jesús fue obediente hasta el punto de dar su propia vida, la autoridad que está por encima de nosotros; está puesta, entre otras cosas, para ser obedecida.

Jesús algún día será reconocido por toda persona. El creyente, al imitar a Jesús, ese día estará viendo cara a cara al Señor y gozando de su presencia por toda la eternidad.

IV. LA VIDA EN CRISTO DEMANDA LLEVAR UNA VIDA SOBRESALIENTE
vv. 12-18 Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo”, y la luz brilla, resplandece en medio de la oscuridad. Así debe ser la vida de todo creyente. Pablo recomienda: “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”, al hacerlo, estaremos conduciendo nuestra vida por ese nivel sobresaliente que debemos tener. ¿Cómo ocuparnos de nuestra salvación? Siendo irreprensibles y sencillos.
Se escribe y lee fácil, vivirlo no lo es; por ello necesitamos apegarnos al manual de instrucciones, sin murmuraciones, sin discusiones, como hijos de Dios sin tacha. Y sosteniendo firmemente la palabra de vida; en el primer estudio vimos algunas de las adversidades que Pablo experimentaba; se necesita carácter y convicción en todo tiempo.

APLICANDO ESTE ESTUDIO A MI VIDA
1. ¿Cómo reacciono cuando alguien cuestiona mi fe?
(Filipenses 1:27-30, 2 Timoteo 1:7)
2. En estas circunstancias, ¿reacciono abruptamente o tengo un plan definido para dar razón de mi fe con mansedumbre?
(1 Pedro 3:15, 2 Timoteo 2:14)
3. ¿Qué sufrimientos he experimentado en mi vida por seguir a Cristo? ¿Qué estaría dispuesto a soportar en mi caminar con el Señor?
(Filipenses 3:7-8)
4. ¿Puedes mencionar algún ejemplo en donde has sometido tus gustos personales a los intereses de la congregación o grupo en aras de preservar la unidad?
(Efesios 4:3)
5. ¿Cuáles son mis motivaciones al servir al Señor?
(Filipenses 2:1-5, 1 Tesalonicenses 2:19-20)
6. ¿En qué áreas de mi vida necesito parecerme más a Jesús?
(Colosenses 2:6-7)
7. ¿Qué tan respetuoso soy de la autoridad espiritual?
(1 Pedro 2:13-14)
8. Los que me conocen bien, ¿pueden decir que mi vida es intachable?
(Filipenses 2: 14-16)


CONCLUSION:

Nuestra fe va a ser cuestionada; tal vez hoy en nuestro entorno no seremos perseguidos para ser encarcelados, pero debemos estar listos para sostener y defender nuestra fe. Todos tenemos gustos y preferencias personales las cuales debemos someter buscando que la unidad prevalezca; el bienestar de la iglesia o congregación está por encima de lo que a mí me gusta.
Al mirarnos en el espejo cada día, veámonos cada vez más como Jesús, no podemos “abaratar el estándar”. Él está de nuestro lado, “porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer”.

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