Cristo te ama

Estudio 13.- José

BASE BÍBLICA:
Mateo 1:18
Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue. Estando su madre María desposada con José, antes de que se consumara el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo”.

INTRODUCCIÓN:
José (del hebreo Yãsaph, que significa “que él [Dios] añada”) era de la casa y linaje de David; su genealogía se menciona en Mateo 1:2-16  Vivió bajo la opresión romana y se comprometió con María en matrimonio.

El oficio de carpintero
Ser carpintero en los tiempos de Jesús era un negocio familiar y bastante exigente. No había tantas herramientas ni máquinas como hoy. Había que hacer surcos con cuchillas, usar martillo de hierro, escuadras, plomadas, pozos, zanjas para colocar tablones, etc. El carpintero debía conocer el tipo de madera, cómo tratarla y su conservación (ciprés, roble, cedro, olivo o sicómoro). El oficio de carpintería no solo incluía los muebles, como pensamos; abarcaba la creación de casas, vigas, construcción de muros, escaleras, accesorios para la agricultura (yugos, arado), carretillas, ruedas. Por eso muchas de las parábolas de Jesús incluían la madera: paja y viga (Mateo 7:3), el arado del campo (Lucas 9:62), tipos de yugo (Mateo 11:29, 30).

Una mujer que no era virgen
Ser padre sin llegar a planear el nacimiento ni consumar el acto físico para la concepción: ese fue el escenario en el que José se estaba desposando con María.

José quiso abandonarla, ya que si se enteraban los sacerdotes sería culpada de fornicación y moriría apedreada según la costumbre (Deuteronomio 22:13-21). No solamente sería encontrada que no era virgen, sino que se sospecharía que estaba encinta de otro hombre antes de haberse comprometido. José, queriendo protegerla de este hecho, quiso abandonarla.
José su marido, siendo un hombre justo y no queriendo difamarla, quiso abandonarla en secreto” (Mateo 1:19). Dios mismo le dijo que no lo hiciera, ya que era el Mesías el que estaba en su vientre (Mateo 1:20, 24). Al nacer, lo llevaron al templo para cumplir el rito de la ley (Lucas 2:26-33).

José es advertido como cabeza de su hogar
En otra etapa de la vida de José y María, ya habiendo nacido Jesús, el Señor le dio una visión del peligro inminente que se presentaba, ya que Herodes había promulgado muerte a todo primogénito (Mateo 2:13, 19-20), instrucción que acata huyendo a Egipto.

Al parecer José era un hombre muy conocido en el pueblo y se le identificaba como “carpintero” (Lucas 4:22, Juan 6:42). También otra cosa a destacar es que al oír las personas la sabiduría de Jesús las contrastaban con el mismo José, una persona que, aunque era partícipe de todo el ámbito religioso de Israel, no era tan docto en las cosas de la Ley como lo era Jesús; y aún más allá de esto por la sabiduría divina que poseía Jesús (Lucas 2:40, 46; compárese con 1 Samuel 2:26). Esto lo podemos notar también en referencia a Jesús y sus discípulos (Hechos 4:13).

La muerte de José
La última vez que se menciona a José es cuando visitan el templo al tener Jesús aproximadamente 12 años de edad (Lucas 2:48-50). Al parecer, José murió antes de la crucifixión de Jesús, ya que desde la misma cruz este le encarga a Juan, su discípulo, el cuidado de su madre (Juan 19:26-27). José entonces estuvo como cuidador en la etapa de la infancia de Jesús, pero ya avanzado en su madurez espiritual y en la juventud, su tutelaje fue enteramente espiritual por parte de su Padre celestial.

Tenemos un Padre celestial
Al igual que José, que fue el cuidador de Jesús en los inicios de su vida, como padres también lo hemos sido con nuestros hijos. Les enseñamos las verdades de la Palabra y los guiamos por un camino que dé gloria a Dios. Un día los lanzaremos al mundo y Dios se compromete a encaminar a nuestros hijos en sus vidas. “Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; te aconsejaré con mis ojos puestos en ti” (Salmos 32:8).

Como padres, aun siendo imperfectos, deseamos lo mejor para nuestros hijos, pero sabemos que Dios, que es perfecto y ve todo el panorama así como también los propósitos eternos, los conducirá a una vida plena y abundante si atienden su voluntad. “Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos?” (Hebreos 12:9).

PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN
1. ¿Has enseñado a tus hijos el concepto del trabajo y ser esforzados en la vida para sustentarse?
2. ¿Les enseñas como padre a tus hijos el temor al Señor desde pequeños?
3. ¿Haces caso a las observaciones que Dios te da en cuanto a guía, consejo y corrección para tus hijos?
4. José entendió el mandato de Dios en el pasado de llevar al templo a su hijo pequeño para oír la Palabra (Deuteronomio 6:6-8, Deuteronomio 31:12) ¿Nosotros lo hacemos?
5. Tal vez seas un hijo y tu padre ha muerto o se ha ido. Sin embargo, ¿sabías que Dios se dispone a ser tu Padre celestial y hacerte sentir su amor y cuidado?

CONCLUSIÓN
José le enseñó un oficio a Jesús para sustentarse en la vida. Fue un hombre justo al no desear ningún mal a su mujer, María. También fue devoto al cumplir todo lo que dictaba la Ley mosaica, y se sujetó a los mandamientos de Dios. Pero aún más importante: siempre expuso a Jesús a la Palabra de Dios, desde pequeño.

Además, no se interpuso en el propósito divino que Dios tenía para Jesús, un propósito que estaba más allá de su mente, ya que en muchas ocasiones no comprendían ni él ni su mujer las cosas que se decían en profecía de su propio hijo (Lucas 2:33).
Igualmente, Dios tiene planes para nuestros hijos de los cuales nos gozamos y cooperamos para verlos realizarse.

PDLB-JOSÉ 13-PDF

13JOSÉ

 

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