Cristo te ama

Estudio 12.- Zacarias

BASE BÍBLICA:
Lucas 1:13
13 Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan.

INTRODUCCIÓN:
Zacarías (en hebreo “Dios ha recordado”) fue padre de Juan el Bautista y sacerdote del grupo sacerdotal de Abías; su esposa Elisabet era pariente de María de Nazaret (Lucas 1:5, 36). Esta piadosa pareja vivía en la región montañosa de Judá (Lucas 1:3940). Habiéndole tocado en suerte ofrecer el incienso, mientras ejercía esta función se le apareció un ángel, que le anunció al anciano que Dios le daría un hijo.

José y Zacarías
Ambos varones tuvieron apariciones de ángeles para anunciar el nacimiento de su hijo. Por un lado, Jesús fue un niño no planeado, ni mucho menos anhelado, ya que apenas se habían comprometido José y María. En cambio, Juan fue una petición atendida de Zacarías y Elisabet para concebir a un hijo, tal vez desde hacía mucho tiempo (Lucas 1:13). Esto nos muestra que Dios actúa en toda circunstancia y para Él no hay imposibles cuando se trata del cumplimento de los propósitos que tiene para nosotros.

Jesús y Juan
Juan, el hijo de Zacarías, fue el precursor de Jesús (Marcos 1:3, Juan 3:28-30). De hecho, fue el último profeta que Dios dio a su pueblo con un llamado de arrepentimiento por el bautismo antes de la venida del Mesías (Mateo 3:1-3, Hebreos 1:1-2). Jesús alabó a Juan como el último profeta antes de la venida del Salvador y que comenzaba un nuevo pacto de gracia por medio de la fe a los hombres: “La ley y los profetas se proclamaron hasta Juan; desde entonces se anuncian las buenas nuevas del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él” (Lucas 16:16). Ambos, Juan y Jesús, fueron enviados por Dios; mas uno nacido de mujer y Jesús nacido del Espíritu de Dios. “Vino al mundo un hombre enviado por Dios, cuyo nombre era Juan” (Juan 1:6; véase Mateo 11:11).

Una señal negativa
La fe es importante para Dios, ya que denota confianza y esperanza. Si nosotros no creemos en Él, estamos negando su poder para que obre a favor de nosotros (Mateo 13:58). Dios desea que descansemos en lo que nos ha prometido, ya que siempre será conforme a su buena voluntad para nosotros y sus planes eternos. Zacarías, siendo un principal sacerdote, pidió una señal para confirmar el mensaje divino del ángel que se le apareció. Esto fue un error, ya que se quedó mudo hasta el nacimiento de su hijo Juan (Lucas 1:20).

Entre José y Zacarías vemos que el primero no dudó al ser advertido por el ángel de no abandonar a María, ya que sería el Mesías para Israel y el mundo (Mateo 1:18-20); en cambio el último, estando rodeado de un ambiente favorable y religioso se supondría sería más receptivo a creer en las palabras de Dios; sin embargo, no fue así. Esto nos indica que podemos adormecernos en la rutina religiosa y abandonar la intimidad con Dios, dejando de confiar en lo que puede obrar en nosotros.

Juan será su nombre
Siguiendo las indicaciones del ángel, Zacarías en el momento de la circuncisión anotó en una tablilla el nombre del niño, que sería Juan, ya que sus invitados estaban suponiendo que llevaría el nombre de su padre (Lucas 1:57-63). Como cada nombre en la Palabra de Dios tiene un significado según su nacimiento o propósito, no fue diferente con Juan. El nombre Juan (del griego loannes, del hebreo Yõhãnãn) significa: «El Señor ha hecho gracia».

Explosión de adoración
Al terminar este evento, en el que anotó el nombre en la tablilla, se abrió la boca de Zacarías y exclamó una maravillosa adoración al Señor Dios por la venida de un Salvador a su pueblo (Lucas 1:67-79). Al igual que a Zacarías, esto puede sucedernos a nosotros como padres cuando después de un tiempo vemos la promesa de Dios en nuestros hijos cuando estuvimos dispuestos a sembrar su Palabra desde pequeños. Los lanzaremos al mundo como flechas regocijándonos de que son temerosos de Él y que el Señor tiene planes para ellos. “Como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud” (Salmos 127:4).

PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN
1. ¿Pones tu confianza en Dios sobre las promesas que tiene para ti y tus hijos?
2. ¿Estás atento de colaborar para que el Señor cumpla sus propósitos en tus hijos, o dudas de ello?
3. ¿Das gloria y alabanza a su Nombre cuando obra algo portentoso en tu familia, ya que solo Él puede actuar a nuestro favor?
4. ¿Has hecho tu acercamiento a Dios rutinario y religioso, de tal manera que podrías dejar escapar las bendiciones que tiene para ti?
5. Zacarías y José: dos hombres importantes en los planes que Dios tenía para los hijos de ellos: Jesús y Juan. ¿Qué te ha dicho Dios a ti sobre tus hijos?

CONCLUSIÓN
Zacarías comprendió el propósito de su hijo Juan para ser el precursor del Mesías. Sin embargo, al inicio le costó creer la bondad de Dios en su petición, ya que era ya anciano, y perdió su voz hasta el nacimiento de su hijo. Nueve meses estuvo en silencio para meditar en Dios y después explotar en una adoración al Señor cuando recuperó el habla. Zacarías tal vez clamó en su juventud por tener un hijo con su esposa Elisabet y dejó esa oración en el olvido, pero para Dios no fue así, ya que Él siempre tiene nuestras oraciones presentes, no importa si las hicimos mucho tiempo atrás.

Juan tuvo que menguar en su propósito cuando el Mesías se manifestó en escena anunciando el evangelio. “Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya” (Juan 3:30). El bautismo de Juan fue la preparación para el pueblo judío para recibir al Salvador. El que nuestros propios hijos sean llamados por Dios a ser evangelistas o tener otro ministerio dentro de la comunidad cristiana debe ser motivo de gozo y alabanza al Señor Dios. Permitamos y contribuyamos a que Dios use a nuestros hijos para gloria y honra a su Nombre.

PDLB-ZACARÍAS 12

12_zacarías

12 ZACARIAS-pasajes

Enter your Email Address

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *