Cristo te ama

Estudio 11.- David

BASE BÍBLICA:
2 Samuel 3:2-5
2 A David le nacieron hijos en Hebrón; su primogénito fue Amnón, hijo de Ahinoam la jezreelita; 3 el segundo, Quileab, de Abigail, viuda[a] de Nabal de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur; 4 el cuarto, Adonías, hijo de Haguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital, 5 y el sexto, Itream, de Egla, mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrón.

INTRODUCCIÓN:
David (en hebreo “amado” o “querido”) fue segundo rey de Israel, después de Saúl. Gobernó primeramente Judá y después todo Israel. Tuvo muchas mujeres e hijos; entre las más nombradas y a destacar: la primera, Mical, que le prometió Saúl para dársela por esposa, pero casó con otro hombre, mas después la recupera David. Mical quedó estéril por Dios al avergonzarse de la danza de David al traer el arca del pacto a la ciudad de Jerusalén (2 Samuel 6:16, 23). Sin embargo, David sí engendró hijos con Ahinoam, de Jezreel, y Abigaíl, de Carmelo (viuda de Nabal, quien negó provisiones a David y sus hombres [1 Samuel 25:10]). De Ahninoam engendró a Amnón y de Abigaíl a Quileab (o Daniel). Otra esposa fue Maaca, hija de Talmal, rey de Gesur, de quien engendró a Absalón y su hermana Tamar. Adonías fue hijo de Haguit. Y Betsabé, viuda de Urias,  hija de Amiel, fue a quien David tomó por mujer al morir este en batalla. De ella tuvo a Simea, Sobab, Natán y Salomón (heredero de su trono).

Otra lista de sus hijos se encuentra en 1 Crónicas 3:1-9. David reinó siete años y seis meses sobre la tribu de Judá en Hebrón, y treinta y tres años sobre todo Israel desde Jerusalén (2 Samuel 5:45), un total de cuarenta años (1010 al 970 a.C.). Este rey tuvo en sus inicios muchas batallas ganadas, primeramente de uno a uno contra Goliat y después contra ejércitos como los filisteos y otras tribus. Pero al final, por su relajación espiritual y no estar en la batalla, sucumbió en el adulterio con Betsabé (2 Samuel 11:1-3). Hay que tener precaución, pues una cadena de triunfos como padres y cabezas del hogar puede traer una cadena de derrotas si empezamos a relajarnos y no buscamos al Señor.

Sucesos negativos del Rey David a tomar en cuenta:
– El adulterio con Bestsabé (2 Samuel 11:2-5).
– El asesinato premeditado de Urías (2 Samuel 11:14-17).
– El profeta Natán reprende a David (2 Samuel 12:1-15).
– La muerte de un hijo de Betsabé (2 Samuel 12:15-19).
– Violación a su hija Tamar por Amnón (2 Samuel 13:1-21).
– Absalón mata a Amnón (2 Samuel 13:23-33).
– Absalón huye de su hogar (2 Samuel 13:37-39).
– Conspiración contra David por Absalón (2 Samuel 15).
– La muerte de Absalón (2 Samuel 18:1-17, 33).
– Conspiración contra David por Adonías (1 Reyes 1).
– La muerte de Adonías por Salomón (2 reyes 2:13-25).

El adulterio con Bat-seba (Betsabé) y la muerte de Urías.
David fue un hombre conforme al corazón de Dios, pero humano después de todo, con sus debilidades. Los errores comenzaron uno tras otro al tomar a una mujer que no era suya, lo cual lo llevó a crear un plan para que muriera el esposo de esta en batalla al enterarse que estaba encinta. 2 Samuel 11:127: “Lo que David había hecho fue malo a los ojos del Señor” (versículo 27).

A pesar de que Dios perdonó a David su pecado de adulterio y asesinato: “Entonces David dijo a Natán: He pecado contra el Señor. Y Natán dijo a David: El Señor ha quitado tu pecado; no morirás” (2 Samuel 12:13), ya que ambos actos eran penados con muerte (Deuteronomio 5:18, 22:22; Levítico 20:10, 24:17), no libró a David de las consecuencias de sus actos.

Inició con la muerte del primer hijo de Betsabé, a pesar de que David oró y ayunó (2 Samuel 12:15-23). El Señor le dijo que las consecuencias de lo que había hecho en privado se verían en público y en su propia casa (2 Samuel 12:1-12) .

Absalón, Amnón y Tamar
David no abordó el tema de la violación de Tamar y esto hizo que creciera un enojo en Absalón, y después de dos años urdiera un plan para quitarle la vida a Amnón. “Ha muerto Amnón; porque esto había sido determinado por decisión de Absalón desde el día en que Amnón violó a su hermana Tamar” (2 Samuel 13:32).

Después de ser exiliado, hubo un regreso de Absalón a su casa por petición del rey gracias a Joab; sin embargo, David se dispuso no verlo por dos años (2 Samuel 14:21, 32). Su comunión padre e hijo estaba rota aun después de tanto tiempo y no se dio una reconciliación plena. Absalón se encontró por fin con su padre y le fingió lealtad, pero al cabo de unos años levantó una conspiración contra él negándole a las personas de las tribus de Israel audiencia con el rey. “Absalón trataba a todo israelita que venía al rey para juicio; así Absalón robó el corazón de los hombres de Israel” (2 Samuel 15:6).
Además, los malos consejos de Ahifotel (consejero anterior de David y traidor) sugirió a Absalón a hacer actos indignos para mostrar desprecio a su padre (2 Samuel 16:21).
Husai, otro consejero, le reconvenía de no hacer esos actos (2 Samuel 17:7). David tuvo que huir de la ciudad por temor a Absalón cuando tomó fuerza militar (2 Samuel 15:14, Salmo 3:1,8).
Este triste relato termina en una lucha entre padre e hijo en la que David desea capturarlo vivo (2 Samuel 18:5, 12), pero Joab, comandante de las fuerzas armadas de David, lo mata al verlo enredado por su cabello en una encina (2 Samuel 18:14). David al recibir respuestas esquivas de parte de sus siervos cuando les preguntaba por Absalón, por fin comprende que su hijo había muerto. “Y el rey con su rostro cubierto, clamaba en alta voz: ¡Oh hijo mío Absalón, oh Absalón, hijo mío, hijo mío!” (2 Samuel 19:4).

Adonías y Salomón
El ultimo desgaste que tuvo David con sus hijos fue al heredar el trono. Al haber muerto Amnón por manos de Absalón, Adonías su cuarto hijo deseaba ser el próximo rey e intentó coronarse ocultamente (1 Reyes 1:5-10). Tanto Betsabé como Natán tomaron parte para que Salomón subiera al trono ante una conspiración de Adonías (1 Reyes 1:11-40). Adonías huyó después de que Salomón fue nombrado rey y es perdonado por este (1 Reyes 1:41-53). Su último y sospechoso intento fue tomando por mujer a Abisag, que cuidaba de David siendo ya anciano (1 Reyes 2:19-23). Esto dio un desenlace de ejecución por parte de Salomón a Adonías (1 Reyes 2:24-26). Salomón, hijo de Betsabé, elegido por el Señor a suceder a David (1 Crónicas 28:5), gobernó Israel por cuarenta años, entre los años 970 y el 930 a.C. David le dio instrucciones antes de morir (1 Reyes 2:1-9).

El pecado de los dos reyes
Mientras Saúl cayó en el pecado de ira y celos por David, este último cayó en el de lujuria y asesinato, por Betsabé, la mujer de Urías. Hay que advertir que el pecado cuando afecta al varón como cabeza del hogar derrumba a toda la familia, ya que es el pilar de esta. La diferencia del pecado de estos reyes fue el arrepentimiento ante Dios. Mientras Saúl se endureció, David expresó su pecado por su adulterio en el conocido Salmo 51: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a lo inmenso de tu compasión, borra mis transgresiones” (versículo 1).

PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN
1. ¿Sabes que como padres somos los líderes espirituales de nuestra familia y debemos guardarnos en santidad? (Salmo 128:4).
2. ¿El arrepentimiento por tus faltas a Dios es una realidad en tu vida? (Salmo 32:5).
3. Es doloroso para un padre ver a dos de sus hijos enemistados. ¿Qué haces para abordar a tiempo los conflictos y la reconciliación? (Efesios 4:31-32, Salmo 133:1, Proverbios 10:12, 20:3, Mateo 5:23-24).
4. Los ojos del hombre son entrada a la tentación e inmoralidad sexual que manchará su vida y destruirá su casa (Proverbios 6:32, Romanos 13:13, Éxodo 20:17, Mateo 5:28).
5. Como padre, ¿recibes exhortación de tus hermanos en la fe para corregir, como David ante el profeta Natán? (Salmo 141:5, 2 Timoteo 4:2, Hebreos 3:13, Gálatas 6:1).

CONCLUSIÓN
“Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga” (1 Corintios 10:12). Esto nos muestra que no podemos ser descuidados con nuestro andar espiritual. Como pudimos notar, el desorden en la vida de David impactó de forma trágica a su familia: el adulterio con Betsabé y la muerte de su hijo, la violación a su hija Tamar por parte de su hermanastro, el hecho de que Absalón obligara a David a huir, el levantamiento de Absalón contra David por el trono, y la muerte de Absalón.

Aunque el Señor perdone por su gracia nuestros pecados más terribles como padres, los estragos de la desobediencia y rebeldía pueden verse en el futuro (Gálatas 6:7). Al Señor no se le escapa nada; Él conoce los motivos por los cuales hacemos las cosas (Eclesiastés 12:14). Cuidemos nuestro andar de fe.

 

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