Acerca de las religiones

Por Ana Maria GT
Nov. 4, 2010
Mucho se dice que las religiones en vez de hacer divisiones debieran unir. Pero podrá ser esto posible? Cada religión tiene su propia filosofía de vida y aunque hay puntos en los que se pueda coincidir, como el “tratar” de hacer el “bien” a los demás; también hay diferencias abismales en cuanto a quién o qué es el fundamento en el que se basan, la verdad, lo que es bueno o malo, y todo esto según el criterio de cada filosofía o persona.
Jesucristo nunca vino a instituir alguna religión. El simplemente vino para que pudiéramos reconciliarnos con Dios y tener una relación personal, la cual sin El es imposible tener. Aunque Jesus no vino a instituir una religión, claramente El dijo que no había venido a traer paz a la tierra, sino división. En decenas de pasajes podemos ver como Jesús una y otra vez se refería a dos grupos de personas. Aunque podemos hacer una división entre diferentes grupos de religiones, denominaciones o filosofias; Jesucristo únicamente se refirió a dos grupos. Habló de ovejas y cabritos, trigo y cizaña, los que van por el camino angosto y los que van por el camino ancho, los vivos y los muertos (espirituales), los que son salvos y los que son condenados, los que andan en la Luz y en las tinieblas, la gente y sus discípulos, etc. Cuando Jesus habla de unidad, habla de que somos UNO solo en EL, de que somos EL CUERPO de Cristo, cuando EL es la cabeza. La Unidad no nos la dará ninguna religión, sino CRISTO mismo. El es El Camino, La Verdad, y La Vida. Solamente en EL podremos llegar a tener una verdadera unidad, un mismo Espiritu, El Espiritu Santo quién EL envía a los que hemos decidido por FE Creer en Él.
No es “entendiendo” primero esta verdad lo que nos va a llevar a conocer a Dios, es la Fe en El, que es La Verdad, lo que nos abrirá el entendimiento. Para entender, primero hay que creer. Jesucristo es el Autor y Perfeccionador de la fe, la fe existe gracias a El y a nadie ni nada mas. La fe viene como consecuencia de oir y oir la Palabra de Dios. Cuando nosotros por fe decidimos Creer en Jesucristo, El abre nuestro entendimiento para que podamos conocer La Verdad que nos hace libres. “Al que El Hijo libertare, ese será verdaderamente libre”. Libres para tomar la decisión de Caminar en El, libres de la atadura del pecado que nos separa de Dios, libres para vivir la Vida que El quiere, y no la que nos arrastra por adicciones. Es solamente a través de Jesucristo que podemos experimentar la unidad del cuerpo de Cristo; en donde cada miembro tenemos una función específica y necesaria, e igual de importante.
Para Dios, solamente hay dos grupos de personas: los que andan en la vanidad de su mente, tras su necio corazón (cabritos); y los que han decidido rendir su vida al Pastor, escuchar su voz y seguirlo (ovejas). Nosotros podemos catalogar diferentes grupos de personas de acuerdo a religión o creencias, y ver al trigo como cizaña o la cizaña como trigo; pero es solamente Dios quien puede ver lo que en realidad somos. El puede ver si tenemos a Jesucristo ahí, si es el Rey en el trono de nuestro corazón; o si seguimos nosotros sentados en el trono, haciendo las cosas a nuestra manera. No hay mas que dos grupos de personas; los que estamos en el Reino de Dios, donde Jesucristo es El Rey, y estamos bajo su Señorío; o los que estamos siguiendo al príncipe de este mundo. Cualquiera que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Dios no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedamos al arrepentimiento. Si estamos en el grupo de los cabritos, hoy es el día en que Dios quiere atraernos a su rebaño. El quiere que seamos ovejas, que aprendamos a ser mansos y humildes, dispuestos a escuchar su voz y seguirlo. Jesus dijo: “El que a mi viene, no lo hecho fuera”. Dios quiere que tu declares: “El Señor es Mi Pastor, y nada me faltará…..”.