Nunca mas tendrán parte

Por Ana Maria GT
Mar. 30, 2012
Este es uno de los pasajes que ha impactado en mi vida y renovado mi mente:
5Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, ni tienen ya ninguna recompensa, porque su memoria está olvidada.
6En verdad, su amor, su odio y su celo ya han perecido,
y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace bajo el sol.
Eclesiastés 9:5-6
Una persona viva, sabe que va a morir, todos lo sabemos, pero un muerto ya no sabe nada. Ya no tiene parte de todo lo que se hace bajo el sol, en la tierra. Esto es Palabra de Dios.
Para los que nos han enseñado o creemos que podemos contactar a quienes ya murieron o ellos a nosotros, Dios quiere que sepamos que ellos ya no tienen mas parte en este mundo terrenal. Así es que ya no nos pueden cuidar ni hablar, y nosotros tampoco a ellos.
Si tenemos dudas del pasaje en Eclesiastés, Dios nos habla aún mas claro en este otro:
10No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o sea agorero, o hechicero, 11o encantador, o médium, o espiritista, ni quien consulte a los muertos.
12Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al SEÑOR; y por causa de estas abominaciones el SEÑOR tu Dios expulsará a esas naciones de delante de ti.
Deuteronomio 18:10-12
No solamente Dios nos dice que los muertos ya no tienen parte de lo que sucede en la tierra, sino que además es abominable al Señor los que practican el ser médiums o consultan a los muertos. Un médium es una persona intermediaria entre los muertos y los vivos. Escuchan a los muertos para llevarles el mensaje a los vivos y viceversa. Dios lo prohíbe determinantemente.
Jesús también nos da la parábola en donde mueren el rico y Lázaro. Lázaro es llevado por los ángeles al seno de Abraham y el rico es llevado al hades, a un lugar de tormento. El hombre rico quiere avisarles a sus hermanos que el lugar de tormento es real para que se arrepientan, y le pide a Abraham que envíe a alguien, porque él, ya no puede ir a darles el aviso.
27Entonces él dijo: «Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, 28pues tengo cinco hermanos, de modo que él los prevenga, para que ellos no vengan también a este lugar de tormento.»
Lucas 16:27-28
Abraham le contesto claramente lo siguiente:
29Pero Abraham dijo*: «Ellos tienen a Moisés y a los profetas; que los oigan.» 30Y él dijo: «No, padre Abraham, sino que si alguno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.» 31Mas Abraham le contestó: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán si alguno se levanta de entre los muertos.»
Lucas 16:29-31
Abraham le dijo al hombre rico que ellos tenían a Moises y a los profetas, en la Biblia. Ahí es en donde pueden conocer lo que Dios dice del cielo y el infierno, y quienes irán a cada lugar. Dios ha dejado todo escrito. Jesús habló del camino ancho y el angosto, los cabritos y las ovejas, la cizaña y el trigo, de dos lugares eternos, etc.
Pero si los hermanos del hombre rico, no creen en la Biblia, lo que Dios habló por medio de Moises y los demás profetas, entonces tampoco creerían aún si uno de los muertos se levantara para darles el mensaje. Y podemos ver como esta Palabra se cumple, ya que Jesus realmente se levantó de los muertos, dando testimonio de que las Escrituras eran verdad, y muchas personas ni así creen.
El que no quiere creer, no va a creer, aún y que fuera posible que un muerto regresara para darles el aviso. Pero Dios claramente prohíbe el que consultemos a los muertos y que practiquemos el ser médiums.
Quizá te estes preguntando que hay de las personas que lo hacen? Pues Dios lo prohíbe y es tiempo de proceder al arrepentimiento y pedirle perdón. El nos perdona, no nos condena, pero nos dice: “Ve y no peques más”. Tengamos cuidado de no caer en esto, quizá nuestras intenciones de llevar esperanza a un familiar sea bueno, pero llevar una noticia de parte de «un muerto» es algo que desagrada a Dios. Enofoquemos en compartir de Jesús, de Su Palabra, de su gran amor y el plan de Salvación. Bendiciones.