Cristo te ama

Efesios 4.- Un llamado al poder espiritual

VERSICULO PARA MEMORIZAR:
Que os conceda, conforme alas riquezas de su gloria, ser  fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior.
Efesios 3:16

BASE BÍBLICA:
 1 Por esta causa yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por amor de vosotros los gentiles
2 si en verdad habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me fue dada para vosotros;
3 que por revelación me fue dado a conocer el misterio, tal como antes os escribí brevemente.
4 En vista de lo cual, leyendo, podréis comprender mi discernimiento del misterio de Cristo,
5 que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu;
6 a saber, que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio,
7 del cual fui hecho ministro, conforme al don de la gracia de Dios que se me ha concedido según la eficacia de su poder.

8 A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia: anunciar a los gentiles las inescrutables riquezas de Cristo,

9 y sacar a luz cuál es la dispensación del misterio que por los siglos ha estado oculto en Dios, creador de todas las cosas;
10 a fin de que la infinita sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
11 conforme al propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor,
12 en quien tenemos libertad y acceso a Dios con confianza por medio de la fe en Él.

13 Ruego, por tanto, que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, porque son vuestra gloria).

14 Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
15 de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra,
16 que os conceda, conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior;
17 de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones; y que arraigados y cimentados en amor,
18 seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad,
19 y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios.

20 Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros,

21 a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.

INTRODUCCIÓN:
En los versículos 1-9, Pablo habla de una nueva realidad, que se llegaría a constituir en la base o en el principal objetivo de su ministerio —difícil de aceptar por la mayoría de los judíos—, que la venida y el sacrificio de Cristo ha traído como resultado “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo”.
El mensaje con esta realidad viene a romper todos los esquemas previamente establecidos. Ahora la gracia de Dios está disponible y al alcance de cualquier persona, judío o gentil. Y este era un mensaje que se tenía que esparcir y que habría de traer poder espiritual a quienes lo recibieran:

I. PODER ESPIRITUAL PARA PROCLAMAR
v. 10 Aquí observamos que se expresa con una gran intensidad el alcance de la misión de la iglesia: “que la infinita sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia”.
Ahora, las iglesias son las que han sido llamadas a hacer esta tarea de proclamación, porque la gracia de Dios le ha sido revelada y ha llegado a conocer las riquezas de Cristo. Aun “los principados y potestades en los lugares celestiales” han de comprender mejor la sabiduría de Dios al ver la obra de su gracia en la iglesia. ¡Para toda criatura tendrá que ser evidente!

v. 11 La iglesia habrá de proclamar la grandeza de Dios, cumpliendo así el propósito eterno de Dios que se ha hecho una realidad en Jesús. El eterno propósito de Dios es que Jesús sea reconocido como el SEÑOR del universo y de su iglesia.

II. PODER ESPIRITUAL PARA SER LIBRES
v. 12 Como ya se estableció anteriormente, esta carta a los Efesios fue escrita por Pablo estando en prisión. No obstante su encierro, él puede declarar con firmeza que por su fe en Cristo tiene la libertad y el acceso a Dios. Esa libertad y esa seguridad de ser escuchados por Dios es el resultado de la obra de Cristo en cada uno que le ha reconocido y aceptado como Señor y Salvador.
La libertad que Dios nos da no solamente es la posibilidad de hablar con Él, sino que sabemos que podemos llegar ante su presencia en cualquier momento. Los cristianos no necesitamos ni audiencia ni intermediarios para tener acceso a Dios. Al depositar nuestra fe en Jesús, hemos obtenido el libre acceso al Padre.

v. 13 Pablo comparte esa libertad que él tiene y que desea que sus lectores lo entiendan bien; sus prisiones no eran un impedimento para acercarse a Dios, esto habría de motivar e incentivar a los creyentes. Las circunstancias a nuestro derredor no deben determinar nuestra condición y nuestra realidad; somos libres y tenemos libre acceso a Dios.

III. PODER ESPIRITUAL PARA CAPACITAR A OTROS
vv. 14, 15 Pablo se arrodilla ante el Padre para hacer una clara distinción entre el Padre y todo lo creado, tanto lo que está en el cielo como lo que está en la tierra. El Padre está por encima de todo.

v. 16 Una de las obras del Espíritu Santo en la vida del creyente es fortalecerlo.

v. 17 La obra del Espíritu Santo en la vida del creyente hace que Cristo viva en su corazón. Cuando Cristo vive en el creyente, su amor se arraiga en el corazón y se constituye en el fundamento de la vida cristiana.

vv. 18, 19 La magnitud del amor de Cristo no es fácil de comprender por el ser humano. Sólo es posible entenderlo bajo la dirección del Espíritu Santo y en la comunión con otros creyentes. Únicamente cuando Cristo habita en el corazón del hombre es que es posible comprender la grandeza de este amor, y cuando comprendemos este amor es que podemos llegar a ser “llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios”.

APLICANDO ESTE ESTUDIO A MI VIDA
1. ¿Reconoces que la iglesia —es decir, los creyentes— es la responsable de llevar el mensaje de Cristo a todas las naciones?
(Mateo 28:19-20, Mateo 10:32, 1 Pedro 3:15)
2. ¿Acostumbras hablar a otros de Jesús?
(Hechos 10:34-48, Romanos 10:15, Efesios 3:9)
3. Cuando hablas de Jesús, ¿lo haces con autoridad? ¿De dónde proviene esa autoridad?
(Hechos 1:8, Lucas 9:1, Hechos 10:42)
4. Las circunstancias que te rodean ¿controlan tu estado de ánimo?
(Gálatas 2:20, Efesios 4:14)
5. ¿Qué o de quién necesitas para acercarte al Padre y para que Él te escuche?
(Juan 14:5-6, Juan 3:16, Efesios 3:11-12)
6. ¿Quién es el que da fortaleza a tu vida?
(Efesios 3:14-16, Romanos 15:13)
7. ¿Puedes pensar en algunos creyentes que hayan sido de bendición a tu vida de una manera muy específica y particular?
(Lucas 6:31-35, Juan 13:34-35)
8. ¿Otros podrán decir lo mismo de ti?
(Romanos 12:15-16, Romanos 14:19, 1 Corintios 10:24)

CONCLUSIÓN
Hablar a otros de Jesús no es una opción; debe constituirse en un estilo de vida, permanente y cotidiano. Las circunstancias que nos rodean no determinan nuestra condición; es la obra de Cristo en cada uno de nosotros lo que determina nuestra realidad: somos libres y tenemos libre acceso a Dios. Así como hemos sido bendecidos por el servicio fiel de otros creyentes, seamos de bendición a otros.

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