Cristo te ama

9.- Honestidad

La honestidad es un valor o cualidad propia de los seres humanos que tiene una estrecha relación con los principios de verdad, justicia y con la integridad moral. Una persona honesta es aquella que procura siempre anteponer la verdad en sus pensamientos, expresiones y acciones. Así, esta cualidad no solo tiene que ver con la relación de un individuo con otro u otros o con el mundo, sino que también puede decirse que un sujeto es honesto consigo mismo cuando tiene un grado de autoconciencia significativo y es coherente con lo que piensa. Lo contrario de la honestidad sería la deshonestidad, una práctica que comúnmente es repudiada en las sociedades contemporáneas, ya que se la asocia con la hipocresía, la corrupción, el delito y la falta de ética.

I. LA HONESTIDAD DEBE SER EL EMBLEMA DEL CRISTIANO
1. Su deleite está en la ley de Dios.

¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche! Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera (Salmos 1:1-3).

Dios quiere que el ser humano tenga felicidad, pero la felicidad verdadera solo se encuentra en el camino que este Salmo presenta.

2. Retiene la Palabra de Dios y da fruto.
Pero la semilla en la tierra buena, estos son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con su perseverancia (Lucas 8:15).

El fruto es la evidencia de una vida transformada.

3. Manifiesta su honestidad con los demás.
Mantened entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que os calumnian como malhechores, ellos, por razón de vuestras buenas obras, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación (1 Pedro 2:12).

Si la conducta de los cristianos es irreprochable, incluso los enemigos terminarán alabando a Dios.

4. Promueve la honestidad.
Y rogamos a Dios que no hagáis nada malo; no para que nosotros aparezcamos aprobados, sino para que vosotros hagáis lo bueno, aunque nosotros aparezcamos reprobados (2 Corintios 13:7).

Necesitamos mucho más orar para no hacer lo malo que para no sufrir el mal.

II. LA HONESTIDAD TRAE BENDICIONES
1. Prosperidad y seguridad.
El que anda en justicia y habla con sinceridad, el que rehúsa la ganancia injusta, y se sacude las manos para que no retengan soborno; el que se tapa los oídos para no oír de derramamiento de sangre, y cierra los ojos para no ver el mal; ese morará en las alturas, en la peña inexpugnable estará su refugio; se le dará su pan, y tendrá segura su agua (Isaías 33:15-16).

El creyente verdadero vela contra todas las ocasiones de pecado. El poder divino lo mantiene a salvo y su fe en ese poder lo conserva en paz. Nada necesario le falta.

2. El honesto habitará con el Señor.
Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu santo monte? El que anda en integridad y obra justicia, que habla verdad en su corazón (Salmos 15:1-2).

Dios pide requisitos éticos para entrar en comunión con Él.

3. Es mejor lo poco con honestidad.
Mejor es el pobre que anda en su integridad, que el que es torcido, aunque sea rico (Proverbios 28:6).

Las riquezas no pueden compensar los efectos del pecado, ni afecta la falta de las mismas a la integridad.

III. LA PALABRA DE DIOS NOS EXHORTA A QUE SEAMOS HONESTOS
1. La deshonestidad es abominación al Señor.
No tendrás en tu bolsa pesas diferentes, una grande y una pequeña. No tendrás en tu casa medidas diferentes, una grande y una pequeña. Tendrás peso completo y justo; tendrás medida completa y justa, para que se prolonguen tus días en la tierra que el Señor tu Dios te da. Porque todo el que hace estas cosas, todo el que comete injusticia, es abominación para el Señor tu Dios (Deuteronomio 25:13-16).

La ganancia deshonesta siempre trae maldición a la propiedad, a la familia y al alma de los hombres.

2. Toda deshonestidad será descubierta.
El que anda en integridad anda seguro, mas el que pervierte sus caminos será descubierto (Proverbios 10:9).

Al ser descubierto, el hombre perverso está expuesto a la vergüenza y el castigo público.

3. La deshonestidad trae destrucción.
La integridad de los rectos los guiará, mas la perversidad de los pérfidos los destruirá (Proverbios 11:3).

Una vida justa conduce al individuo por un camino derecho o recto, con menos obstáculos o dificultades. Pero el impío por su maldad caerá o será atrapado.

4. El no ser honestos nos separa del Señor.
He aquí, no se ha acortado la mano del Señor para salvar; ni se ha endurecido su oído para oír. Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos. Porque vuestras manos están manchadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios hablan mentira, vuestra lengua murmura maldad. No hay quien clame con justicia ni quien abogue con honestidad. Confían en la confusión, y hablan falsedades; conciben malicia, y dan a luz iniquidad (Isaías 59:1-4).

El pecado ofende a nuestro Dios santo y nos separa de Él. Debido a que Él es santo, no puede pasar por alto, disculpar ni tolerar el pecado como si no importara. El pecado separa a la gente de Dios, forma un muro que aísla a Dios de la gente que Él ama.

PREGUNTAS SOBRE EL ESTUDIO
1. ¿Te consideras una persona honesta?
2. ¿Vives conforme a los principios de Dios?
3. ¿Has sido descubierto cuando has actuado deshonestamente? ¿Puedes compartir que sucedió?
4. ¿Te juntas con personas que practican la honestidad?
5. ¿Qué áreas de tu vida necesitan ser corregidas?
6. ¿Te conduces siempre con sinceridad?

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