Cristo te ama

8.- Hágase Tu Voluntad

Mateo 6:10
10 “… Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo”.

INTRODUCCIÓN:
Todos los creyentes debemos ver nuestra vida como algo planeado y con un propósito. Para que esto se cumpla, tenemos que conocer y obedecer la voluntad de Dios para nuestra vida, hacerlo nuestra prioridad. Al recibir a Jesucristo como Señor y Salvador, somos hechos nuevas criaturas y nuestros ojos son abiertos a la verdad espiritual (Lucas 4:18). Esto nos permite reconocer que necesitamos a Dios en todo. Podemos ver nuestra verdadera condición, nuestra impotencia e incapacidad de llevar la vida de acuerdo a nuestra sabiduría y a la sabiduría del mundo. Gracias a la obra redentora de Jesús, que nos ha puesto al alcance del Padre, podemos cumplir con su propósito: estar con Él desde hoy y hasta la eternidad: “Porque no nos ha destinado Dios para ira, sino para obtener salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos juntamente con Él” (Efesios 1:9-10).

¿Cómo conocer la voluntad de Dios?
Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto” (Romanos 12:2).

La mejor manera de conocer la voluntad de Dios es leyendo la Biblia, porque todo lo que necesitamos saber de su voluntad se encuentra contenida en ella. “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra firme” (Salmos 143:10).

Otra forma de conocer la voluntad divina es por medio de la oración. Cuando entramos en comunión con Él, descubrimos lo que le agrada, y al obedecerlo llega la paz a nuestro corazón. Si quebrantamos su voluntad, la paz nos abandona y experimentaremos intranquilidad; es como una alerta que nos avisa que estamos haciendo algo contrario a lo que Él quiere. Conocer la Palabra de Dios y tener la paz que nace de una relación íntima con Él es la mejor manera para cumplir su voluntad en nuestra vida: “Permaneced en Mí, y Yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en Mí” (Juan 15:4).

Dios nos muestra su voluntad de otras maneras. A través de personas: “Escucha el consejo y acepta la corrección, para que seas sabio el resto de tus días” (Proverbios 19:20). Podemos discernir la voluntad de Dios en parte por las circunstancias (Mateo 24:6); por medio de la voz interior del Espíritu que nos habla (Romanos 8:14); o a través de visiones y sueños (Hechos 2:17). Debemos tener presente que ningún caso la voluntad de Dios irá en contra de su Palabra. Lo importante es estar seguros de que hemos puesto nuestra vida en sus manos y de que estamos dispuestos a hacer lo que nos pida. Si nos proponemos cumplir su voluntad, Él nos revelará sus planes.

Ejemplos de la voluntad de Dios en la Biblia
“Buscad en el libro del Señor, y leed…” (Isaías 34:16). En las Escrituras podemos encontrar muchos pasajes que hablan claramente de la voluntad de Dios. Jesús siempre enseñó con su ejemplo: “… Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42).

Recibir a Jesús en el corazón es el primer paso en el camino de hacer su voluntad. “Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en Él, tenga vida eterna, y Yo mismo lo resucitaré en el día final” (Juan 6:40).

“Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual” (1 Tesalonicenses 4:3).
La voluntad del Padre es que vivamos por encima del pecado, que dejemos atrás nuestra vana manera de vivir. Que entremos y permanezcamos en su gracia, donde recibiremos paz y libertad. Jesús nos muestra cómo hacerlo “El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo” (1 Juan 2:6).

Es la voluntad del Padre que seamos agradecidos: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús” (1Tesalonicenses 5:18). Dejemos atrás los lamentos, quejas y murmuraciones; elevemos nuestros ojos al cielo y demos gracias en todo tiempo.

Es la voluntad de Dios que hagamos el bien para dar testimonio de que somos hijos de Dios: “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos” (1 Pedro 2:15). Sé congruente en tu manera de vivir para que su nombre sea glorificado en tu vida.

Debemos tener la seguridad que es su voluntad escucharnos y respondernos cuando lo buscamos en oración y pedimos conforme a su voluntad: “Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye” (1 Juan 5:14). Dios sabe lo que realmente nos conviene, debemos acertar al pedir y hacerlo conforme a su Palabra.

Es la voluntad del Señor que nadie se pierda, pero está en cada persona la decisión de aceptarlo y obedecerlo: “El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).

¿Estás dispuesto a hacer la voluntad de Dios?
En todo su ministerio Jesús dio el mayor ejemplo de sumisión a la voluntad del Padre: “… Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42).

Jesús enseña que oremos al Padre diciendo: “Hágase tu voluntad…”. Como verdaderos hijos de Dios, nuestro principal anhelo ha de ser cumplirla. Hacer la voluntad de Dios es la sabiduría más alta. Vivir en el centro de la voluntad de Dios saca a la luz la sinceridad que hay en nuestro corazón: “no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios” (Efesios 6:6).

PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN:
1. ¿Cómo verificar la voluntad de Dios? (Romanos 12:2)
2. ¿Puede haber sufrimiento al hacer la voluntad de Dios? (1 Pedro 4:19)
3. ¿En qué nos convierte el obedecer la voluntad de Dios? (Mateo 12:50)
4. ¿Quién nos ayuda a cumplir la voluntad de Dios? (Salmos 143:10)
5. ¿Estás dispuesto a hacer la voluntad de Dios hasta el final?

CONCLUSIÓN:
Podemos tener paz y gozo en medio de la adversidad si nos encontramos en el centro de la voluntad de Dios, y ser desdichados teniéndolo todo, por estar fuera de su voluntad; podemos vivir con gozo en medio de las carencias si estamos en su voluntad, y ser infelices en la abundancia, fuera de su voluntad. Toda nuestra vida debe girar alrededor de su voluntad. Es vital conocerla.

ORACIÓN:
Padre, te damos gracias por tu infinito amor y misericordia; gracias porque sabemos que tu voluntad para tus hijos siempre es buena y perfecta. Te pedimos que tu voluntad sea hecha en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestra nación y en toda la tierra, así como es cumplida en el cielo, como lo fue ya en la tierra en el principio de los tiempos y como lo será por la eternidad, Te lo pedimos en el nombre de Jesús.

EPN-ESTUDIO 8

EPN_8ESTUDIO

Enter your Email Address

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *