Cristo te ama

5.- Esperanza

Esperanza es el estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.

Es también el anhelo o deseo de algo, acompañado con la expectativa o confianza de su cumplimiento o realización.

La esperanza no es fingir que no existen los problemas, es saber que estos no son eternos, que las heridas curarán, y las dificultades se superarán. Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación absoluta de nuestro interior, la que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.

Si nuestra esperanza se establece sobre las promesas de nuestro Dios, podemos entonces vivir confiados y con un espíritu de expectación, sabiendo que Dios está actuando a nuestro favor y aunque las circunstancias nos sean adversas Él hará que todo ayude para bien. (Romanos 8:28)

I. LA ESPERANZA EN DIOS TIENE GRANDES BENEFICIOS
1. Da seguridad y confianza a todos los que en Él esperan.
Alma mía, espera en silencio solamente en Dios, pues de Él viene mi esperanza. Solo Él es mi roca y mi salvación, mi refugio, nunca seré sacudido. En Dios descansan mi salvación y mi gloria; la roca de mi fortaleza, mi refugio, está en Dios.
Confiad en Él en todo tiempo, oh pueblo; derramad vuestro corazón delante de Él; Dios es nuestro refugio (Salmos 62:5-8).

El salmista entona este canto de confianza en Dios como una advertencia a sus enemigos y para aliento de Sí mismo y de su pueblo, poniendo la crisis sobre la tierra en perspectiva correcta a la del cielo.

2. La esperanza en Dios trae gozo y paz.
Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo (Romanos 15:13).

El Espíritu Santo no sólo imparte dones espirituales a los creyentes, sino también gozo, paz y esperanza.

3. La esperanza en Dios es una esperanza viva.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para vosotros, que sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo (1 Pedro 1:3-5).

La esperanza como se usa en la Biblia es algo concreto que Dios ha prometido y por lo tanto, respalda y es segura. Puesto que el Señor afirma esto, entonces cada cristiano puede sentirse maravillosamente optimista con respecto al futuro. Si el presente no nos ofrece
seguridad y optimismo, entonces necesitamos esperar algo bueno en los días que vendrán. ¡El cristiano tiene un porvenir maravilloso!

II. TODO LO ESCRITO EN LA BIBLIA ES PARA QUE TENGAMOS ESPERANZA 1. La Escritura (la Biblia) nos conduce a tener esperanza.
Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza (Romanos 15:4).

2. Instrucción y fortaleza.
Pablo nos recuerda el propósito de lo escrito en el Antiguo Testamento es para instrucción y fortaleza. El fuerte puede desarrollar su paciencia y perseverancia y el débil puede ser estimulado a mantenerse firme, creciendo así ambos en Cristo.

3. La Escritura nos dice que hay futuro.
No envidie tu corazón a los pecadores, antes vive siempre en el temor del Señor; porque ciertamente hay un futuro, y tu esperanza no será cortada. Escucha, hijo mío, y sé sabio, y dirige tu corazón por el buen camino (Proverbios 23:17-19).

Cuán fácil es envidiar a los que nos aventajan libres de toda responsabilidad cristiana o de las leyes de Dios. A veces pareciera que llevan la delantera sin prestar atención a lo que Dios quiere. Pero a los que le siguen, Dios les promete esperanza y un maravilloso futuro aunque no lo obtengamos en esta vida.

4. La Escritura nos exhorta a mantener firme nuestra esperanza.
Pero Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza (Hebreos 3:6).

Debemos establecernos bien en los caminos de Cristo, pero hemos de seguir y perseverar firmemente hasta el fin. Toda meditación en su Persona y su salvación, sugiere más sabiduría, nuevos motivos para amar, confiar y obedecer.

Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para alcanzar la plena seguridad de la esperanza, a fin de que no seáis indolentes, sino imitadores de los que mediante la fe y la paciencia heredan las promesas (Hebreos 6:11-12).

Los cristianos siempre estamos en constante peligro de dejar de confiar completamente en la esperanza que tenemos en Cristo. Debemos mantener este mandamiento firme hasta el fin. Se nos exhorta a imitar la fe de aquellos que a pesar de sus sufrimientos fueron firmes en su fe y heredaron las promesas (Hebreos 11).

Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió; y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca (Hebreos 10:23-25).

El compañerismo cristiano nos ayuda a mantenernos firmes y a crecer en nuestra relación con Dios. Nuestra relación con Dios no se puede separar de la relación con nuestros semejantes.

III. ES MEJOR LA ESPERANZA EN DIOS QUE LA ESPERANZA EN EL HOMBRE
1. El ejemplo de Abraham.
Él creyó en esperanza contra esperanza, a fin de llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendendencia. Y sin debilitarse en la fe contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien años, y la esterilidad de la matriz de Sara; sin embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, y estando plenamente convencido de que lo que Dios había prometido, poderoso era también para cumplirlo (Romanos 4:18-21).

Creyó que no hay nada imposible para Dios. La “esperanza” que tuvo provenía de
su fe en Dios. La “contra esperanza” fue el resultado de considerar la incapacidad humana para que se cumpliera la promesa. Creyó cuando no había esperanza para creer. Humanamente era imposible. Pero habiendo una promesa de parte de Dios, no sólo era posible, sino seguro.
La historia nos enseña que lo que Dios promete, también lo cumple.

2. No debemos tener nuestra esperanza en nuestras capacidades y fuerzas.
   El Señor mira desde los cielos; Él ve a todos los hijos de los hombres. Desde el lugar de su morada Él observa a todos los habitantes de la tierra; Él, que modela el corazón de cada uno de ellos; Él, que todas las obras de ellos entiende.
El rey no se salva por gran ejército; ni es librado el valiente por la mucha fuerza. Falsa esperanza de victoria es el caballo, ni con su mucha fuerza puede librar.
He aquí, los ojos del Señor están sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar su alma de la muerte, y conservarlos con vida en tiempos de hambre.
Nuestra alma espera al Señor; Él es nuestra ayuda y nuestro escudo; pues en Él se regocija nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado. Sea sobre nosotros tu misericordia, oh Señor, según hemos esperado en ti (Salmos 33:1322).

La base de nuestra esperanza no está en el poder militar. Nuestra esperanza está en Dios y en su ofrecimiento misericordioso de salvarnos si confiamos en Él.

Todos los intentos humanos para la salvación del alma son vanos, pero el ojo vigilante del Señor está sobre aquellos cuyo temor consciente de su Nombre procede de la esperanza que cree en su misericordia. Ellos serán auxiliados en sus dificultades; no recibirán daño real en sus peligros.

   ¡Aleluya! Oh alma mía, alaba al Señor. Alabaré al Señor mientras yo viva; cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista.
No confiéis en príncipes, ni en hijo de hombre en quien no hay salvación. Su espíritu exhala, él vuelve a la tierra; en ese mismo día

perecen sus pensamientos.
Bienaventurado aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios, que hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que guarda la verdad para siempre; que hace justicia a los oprimidos, y da pan a los hambrientos.
El Señor pone en libertad a los cautivos. El Señor abre los ojos a los ciegos, el Señor levanta a los caídos, el Señor ama a los justos. El Señor protege a los extranjeros, sostiene al huérfano y a la viuda, pero trastorna el camino de los impíos.
El Señor reinará para siempre, tu Dios, oh Sion, por todas las generaciones. ¡Aleluya! (Salmos 146:1-10).

Los que confían en el Señor son bienaventurados! Las personas que tienen sus esperanzas en las personas, aunque estas tengan autoridad y reconocimiento humano, serán llevadas a la frustración y a la derrota.

PREGUNTAS SOBRE EL ESTUDIO
1. ¿En quién has puesto tu esperanza para el futuro?
2. ¿Confías plenamente en las promesas de Dios?
3. ¿Tu optimismo descansa en tus recursos y capacidades o en Dios?
4. ¿Has comprobado la fidelidad de Dios en tu vida?
5. ¿Motivas a otros a que pongan su esperanza en Dios?

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