Cristo te ama

2.- La Vida

DIOS ES SOBERANO
Dios es Soberano de todo, incluyendo nuestra vida. Aun así, nosotros somos mayordomos de ella y debemos valorarla. Por otro lado, nuestras fuerzas, capacidades y destrezas deben considerarse provenientes de Dios. Teniendo esto en cuenta, todo aquello que logremos o adquiramos, es por medio de su fuente que es la vida que Dios nos ha permitido tener. “Sabed que Él, el Señor, es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos” (Salmos 100:3).

¿DE DÓNDE VIENE LA VIDA? ¿QUIÉN LA OTORGA?
“Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2: 7).

La Biblia nos dice que Dios creó al hombre soplando el aliento de vida. Primeramente formó su cuerpo del polvo para después influirle animación con el poder de su boca. Así, el hombre fue un ser viviente. De esta manera comenzó a habitar en la misma creación que el Señor había hecho previamente para él.

EL PROPÓSITO DE LA VIDA
“Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Génesis 1:26).

El propósito por el cual el hombre ha sido creado es para relacionarse con su Creador Dios. Por ello fue hecho a su imagen y semejanza. La armonía que tenga el ser humano con el Señor influirá en todos los aspectos de su peregrinaje en la tierra, principalmente su hogar, familia y trabajo.

EL PECADO Y LA MUERTE
“Y ordenó el Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-18).

Al desobedecer el hombre a Dios, no solo perdió la vida física, sino también la comunión con su Creador. Lamentablemente y por consecuencia de esto, el hombre ha determinado por sí mismo tomar sus decisiones, guiar su vida y buscar lo que le satisfaga.

Ha llenado su vida en base a su egoísmo, vanidades y deseos temporales, en vez de llenarse con el sentido original con el cual fue hecho. Se ha ido vaciando, porque la única manera de darle significado a su vida es a través de volver a su Creador.

LA VIDA EN JESUCRISTO
La buena noticia es que hay un regreso a Dios, y este se llama Jesucristo. La vía que ha abierto el Señor es dándonos a su propio Hijo. “Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer” (Juan 1:18).

Esa es la vida que vino a ofrecer Jesucristo. Una reconexión con Dios a través de su sacrificio de amor por nuestra rebeldía. De esta manera, esta vida “ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien abolió la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio” (2 Timoteo 1:10).
La paga que merecía el hombre por el pecado era perder su vida, y Cristo la obtuvo de vuelta. “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).

LA VIDA ETERNA
“Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo” (1 Juan 5:11).

A través del Salvador que Dios envió al mundo, el hombre puede volver a relacionarse con Dios, su Creador, para conocerle y disfrutar de una nueva vida llena de propósito y plena por siempre. Esa fue la razón principal desde el inicio; que el hombre viviera delante de la presencia de Dios. El apóstol Juan resume maravillosamente la vida eterna de la siguiente manera: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).

Podemos notar que la esencia de todo ser humano debe ser conocer a Dios, y puede comenzar a hacerlo a través de su Hijo Jesucristo.

MAYORDOMOS O GOBERNANTES DE NUESTRA VIDA
“Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto concierne a toda persona” (Eclesiastés 12:13).

Debemos permitir que Dios gobierne nuestra vida según sus principios, mandamientos y consejos que nos da en su Palabra; de lo contrario, caeríamos en el caso de los primeros habitantes de la tierra, que rechazaron la guía de Dios por sus deseos egoístas. La Biblia nos dice que antes de venir a Dios ignorábamos todo lo que Él quería para nosotros y nuestra vida era vacía. “Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia” (1 Pedro 1:14; véase también Tito 3:3).
Mas ahora, si hemos depositado nuestra confianza en Cristo, ha comenzado una nueva vida llena de verdadero significado para nuestra vida terrenal y la eterna.

PARA REFLEXIÓN:
1. Dios tiene en sus manos nuestra vida y la de todo habitante de la tierra. Seamos agradecidos por el tiempo que nos ha permitido vivir hasta ahora. (Job 12:12)

2. ¿Sabías que el propósito por el cual fuimos creados fue para tener una relación íntima con Dios todos los días de nuestra vida? (Juan 17:3)

3. El Señor ha estado presente en nuestra vida desde el inicio de nuestra existencia, en el vientre de nuestra madre. (Salmos 139:13, 16)

4. Dios sabe que vivir la vida no es fácil, pero Él siempre se compromete a guiarnos si se lo permitimos. (Salmos 25:12, 34:4)

5. La manera de transitar por esta vida es por medio de la Palabra de Dios, que es una Luz en nuestro camino. (Salmos 119:105; Juan 8:12)

CONCLUSIÓN:
“Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmos 90:12).

La vida es un don (regalo de Dios). Vivir la vida sabiamente de acuerdo a lo que Dios nos indique siempre nos traerá verdadero gozo, satisfacción y armonía con el Señor. Que nuestra oración sea: Señor ayúdame a ser la persona que siempre deseaste que yo fuese, y a la vez enséñame a valorar, administrar y darle propósito al don de la vida que me has otorgado según tu voluntad.

 

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