Cristo te ama

11.- Integridad

Una persona íntegra es aquella que siempre hace lo correcto; al referirnos a hacer lo correcto significa hacer todo aquello que consideramos bien para nosotros y que no afecte los intereses de las demás personas.

Desde el punto de vista ético, sería la manera de manejarse congruentemente con los valores personales y compartidos con la comunidad a la que se pertenece.

En una sociedad donde se pierden los valores y crece la desconfianza, la integridad es un desafío impresionante en los negocios, la familia, el estado y la sociedad en general.

Los griegos eran expertos en hacer figuras en mármol. Muchas veces al estar trabajando el mármol descubrían grietas en él, la cual, naturalmente, le quitaba valor a la obra. Algunos, entonces, cubrían esas grietas con una cera especial; la pulían y quedaba aparentemente perfecta, pero cuando la figura era expuesta al calor del sol la cera se derretía y quedaba descubierto el engaño. Por eso, era común encontrar, donde vendían esas piezas de mármol, un letrero que decía: “Se venden figuras en mármol puro; sin cera”. De ahí, viene nuestra palabra en español sincero. Eso es lo que significa integridad: sin grietas.

Para los cristianos, andar en integridad es que todas sus actividades sean realizadas en armonía con los
estándares divinos.
Dios quiere que nuestra vida sea íntegra y sincera.

I. CÓMO SE PUEDE LLEGAR A SER UNA PERSONA DE INTEGRIDAD:
1. Desechando al viejo hombre y vestirse del nuevo hombre.
Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.
Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, en las cuales  vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora desechad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, lenguaje soez de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, y os habéis vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó; una renovación en la cual no hay distinción entre griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo o libre, sino que Cristo es todo, y en todos (Colosenses 3:5-11).

Pablo les da instrucciones a los colosenses sobre la conducta apropiada. Establece en términos positivos y negativos el tipo de vida que Dios quiere que llevemos.

2. Cuando hacemos todo en el nombre del Señor.
Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones. Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre (Colosenses 3:12-17).

En este pasaje, Pablo resume la manera en que los cristianos deben vivir. Incluye todas nuestras acciones y todas nuestras conversaciones, cada pensamiento, cada palabra, cada actitud y cada obra nuestra.

II. NUESTRO MUNDO NECESITA DE PERSONAS DE INTEGRIDAD
1. Nuestra integridad debe ser testimonio para otros.
Mantened entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que os calumnian como malhechores, ellos, por razón de vuestras buenas obras, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación (1 Pedro 2:12).

Debemos vivir de tal manera que aun los incrédulos den gloria a Dios a causa de nuestro testimonio.

2. Solo personas integras deben ocupar puestos importantes.
Además, escogerás de entre todo el pueblo hombres capaces, temerosos de Dios, hombres veraces que aborrezcan las ganancias deshonestas, y los pondrás sobre el pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez (Éxodo 18:21).

Con sabiduría, Jetro aconsejó a Moisés que delegara algunas de sus responsabilidades.
No obstante, el líder era el que debía seguir enseñando al pueblo las leyes de Dios y la forma en que debía andar. Por tanto, era necesario que designara varones con excelentes cualidades espirituales y morales para que juzgaran y vigilaran que se cumpliera la ley.

Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros (2 Timoteo 2:2).

Pablo exige que sea fiel, una persona de integridad, que obedece las enseñanzas que se le comunican. Por el otro lado, el apóstol pide que sea “un maestro apto” (2 Timoteo 2:24), una persona que tiene la habilidad de aprender bien y comunicar con claridad las doctrinas.

III. EJEMPLOS DE HOMBRES ÍNTEGROS
1. Samuel.
Entonces Samuel dijo a todo Israel: He aquí, yo he escuchado vuestra voz en todo lo que me dijisteis, y he puesto rey sobre vosotros. Y he aquí, ahora el rey va delante de vosotros. Yo ya soy viejo y lleno de canas, y he aquí, mis hijos están con vosotros. Yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta hoy. Aquí estoy; testificad contra mí delante del Señor y delante de su ungido. ¿A quién he quitado buey, o a quién he quitado asno, o a quién he defraudado? ¿A quién he oprimido, o de mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? Testificad, y os lo restituiré. Y ellos dijeron: Tú no nos has defraudado ni oprimido, ni has tomado nada de mano de ningún hombre. Y él les respondió: El Señor es testigo contra vosotros, y su ungido es testigo en este día que nada habéis hallado en mi mano. Y ellos dijeron: Él es testigo (1 Samuel 12:1-5).

Samuel había servido bien al pueblo, siempre obrando justamente y buscando la paz. Su tiempo como juez serviría de ejemplo a Saúl para que entendiera lo que el Altísimo quiere de los que gobiernan en su lugar. Samuel había sido fiel y Saúl debería serlo también.

2. Obreros.
Pero del dinero que se traía a la casa del Señor, no se hicieron ni copas de plata, ni despabiladeras, ni tazones, ni trompetas, ni ninguna vasija de oro, ni vasijas de plata para la casa del Señor; porque lo daban a los que hacían el trabajo, y con él reparaban la casa del Señor. Y no se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos se ponía el dinero para dárselo a los que hacían el trabajo, porque procedían fielmente (2 Reyes 12:13-15).

Qué contraste entre los trabajadores del edificio que no necesitaban que se les rindiera cuenta del dinero utilizado, y los sacerdotes a los que no se les podía confiar el dinero para manejar esos fondos lo suficientemente bien como para separar algo para el templo (2 Reyes 12:8).

Como hombres entrenados de Dios, los levitas debían ser responsables y atentos. Después de todo, el templo era su trabajo y responsabilidad. Aun cuando los sacerdotes no eran deshonestos, no tuvieron el compromiso ni la energía necesaria para terminar la obra. Algunas veces la gente secular devota lleva a cabo mejor la obra de Dios.

3. Zaqueo.
Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado (Lucas 19:8).

Podemos observar que la nueva relación con Cristo produjo un gran cambio en su “estilo de vida”. Cuando entra Jesús en la vida y establece control sobre ella, entonces las características y hábitos de la vida antigua son remplazados por el fruto del Espíritu.

4. Pablo.
Teniendo cuidado de que nadie nos desacredite en esta generosa ofrenda administrada por nosotros; pues nos preocupamos por lo que es honrado, no solo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres (2 Corintios 8:20-21).

El propósito de Pablo era que todos los involucrados demostraran que eran “intachables” no solo delante del Señor sino también delante de los hombres.

IV. BENDICIONES QUE TRAE LA INTEGRIDAD
1. Prosperidad.
El que anda en justicia y habla con sinceridad, el que rehúsa la ganancia injusta, y se sacude las manos para que no retengan soborno; el que se tapa los oídos para no oír de derramamiento de sangre, y cierra los ojos para no ver el mal; ese morará en las alturas, en la peña inexpugnable estará su refugio; se le dará su pan, y tendrá segura su agua. Tus ojos contemplarán al Rey en su hermosura, verán una tierra muy lejana (Isaías 33:15-17).

2. Aceptación ante Dios.
Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu santo monte? El que anda en integridad y obra justicia, que habla verdad en su corazón (Salmos 15:1-2).

3. Descendencia dichosa.
El justo anda en su integridad; ¡Cuán dichosos son sus hijos después de él! (Proverbios 20:7).

4. Para siempre será recordado.
Luz resplandece en las tinieblas para el que es recto; él es clemente, compasivo y justo. Bien le va al hombre que se apiada y presta; arreglará sus asuntos con juicio. Porque nunca será sacudido; para siempre será recordado el justo (Salmos 112:4-6).

PREGUNTAS SOBRE EL ESTUDIO
1. ¿Te consideras una persona íntegra?
2. ¿Procuras vivir lo que dices que crees?
3. Ahora que eres cristiano, ¿eres mejor persona?
4. ¿Qué dirían los que te conocen acerca de tu integridad?
5. ¿Haces cosas que no te gustaría que otros supieran?
6. ¿Tu vida impacta a otros más que tus palabras?

CYV_11_INTEGRIDAD_v2020

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Wirecard, volvió a pasar. Sin integridad esto es una jungla. - Rankia

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